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Si no te ha sucedido a ti, seguro has escuchado de alguien a quien le invade un sentimiento «raro» con respecto a su desempeño, logros o desarrollo profesional.
Un sentimiento que les hace sentir que son un fraude, que en realidad no saben lo suficiente o no merecen lo que han logrado a nivel laboral e incluso que son un fracaso.
No es un caso aislado, por increíble que parezca se trata de un sentimiento compartido por un gran número de personas exitosas.
Siete de cada 10 personas han sufrido en algún momento en su vida el «síndrome del impostor». Dra. Valerie Young
Sí, se trata del síndrome del impostor, también llamado síndrome del farsante.
Es un trastorno psicológico en el cual las personas exitosas tienden a minimizar y subestimar su éxito, siendo incapaces de asimilar sus logros.
Pero no se trata de baja autoestima, de hecho, algunos investigadores la han vinculado al perfeccionismo.
Por su parte, la Doctora Valerie Young, experta de renombre a nivel internacional en esta materi estableció cuatro posibles fuentes de origen del síndrome:
Desde tu labor en el área de gestión de talento te enfrentarás numerosas ocasiones con este fenómeno, e incluso puede atacarte, pero ¿cómo detectarlo?
Bien, pues para empezar puedes preguntarte o identificar en tus colaboradores las respuestas a las siguientes preguntas:
Los “impostores” rechazan todo reconocimiento de su éxito, pues piensan que es producto de la suerte, es decir, estar en el lugar y el momento adecuados, o hacer creer a otros que son más capaces e inteligentes de lo que en realidad son.
El síndrome del impostor puede afectar negativamente la carrera de un profesionista, pero también la de un equipo de trabajo, del que sea miembro o incluso líder.
Una persona convencida de no estar a la altura de su puesto o jerarquía, puede evitar que se imponga, que no tome riesgos ni proponga, por temor a cometer un error o parecer poco eficiente.
También es probable que no se atreva a pedir un ascenso porque tienen miedo de no estar a la altura, lo que puede provocar que trabaje por debajo de su potencia.
Paralelamente, este síndrome aumenta los niveles de estrés y afecta a la productividad y bienestar físico y mental, ya que a menudo trabajan demasiado duro para justificar que su éxito se debe al duro trabajo y no a su talento.
Combatir el síndrome del impostor no significa ignorar las emociones. La mejor manera de combatir ese sentimiento es reconocer que existe y validar que es normal, pero enfocarse en buscar evidencias y darse cuenta que son solo ideas y no hechos.
Al externalizar las emociones también es probable encontrar a alguien en la misma situación con quien compartir y trata de buscar el origen del problema.
También es recomendable hacer una lista de tus fortalezas, reconocer los logros y el esfuerzo que implicó lograrlos, claro siempre conservando la humildad y las ganas de mejorar.
Con Pandapé conoce cómo se sienten tus colaboradores, anticípate a estos sentimientos negativos y crea climas de bienestar para tus colaboradores. Solicita una demo y comprueba cómo beneficia a las empresas, contar con colaboradores felices.

Disclaimer: la información contenida en el presente sitio web no constituye asesoramiento legal de ningún tipo por parte de DGNET Ltd (Pandapé). Este artículo no puede ser considerado como un consejo o recomendación legal. Si desea asesoramiento legal específico sobre los temas tratados en el presente documento, deberá consultar a un abogado.
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